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jueves, 16 de mayo de 2013

Noches comunes entre restaurantes chinos y poesía



Parte de la estabulación permanente, a la espera de comida china rancia en un local nuevo cerca de casa a las 11 de la noche. Pollo con miel, arroz con verduras. Serán 10 minutos. Y ahí, en ese espacio, es cuando aparece este poema de Óscar Aguado:

"Inventaron el odio
las máquinas tragaperras tele 5
y la costumbre de retirarnos del juego sucio
nos robaron nuestra tierra
y la adornaron con banderines de su selección
y luces de feria azules verdes amarillas
se vistieron con chaquetas rosas y pantalones cortos
y nos abrazaron por los hombros como si fueran
nuestros nuevos hermanos
después nos vendieron una tostadora Ufesa
un cortapelo con maletín Taurus
y una canción del verano siguiente
inventaron el odio y desgastaron la palabra amor
también la palabra libertad
la untaron con margarina flora
y mermelada de albaricoque
se comieron nuestra cena
y la cena de nuestros hijos
y las migas de pan que nuestros abuelos tiraron a las palomas
edificaron la luna con un supermercado
y un parque de pinos en desfile militar
y nos robaron la tierra
con su par de manos opulentas
y sus horarios infinitos produciendo rejas de tiempo
inventaron la pólvora que acumula el ciudadano
en su hucha de cerdito
y la violencia entre amantes
y la violencia entre trabajadores
y la palabra daños colaterales
inventaron el odio y lo reinventaron
los relojes y las noticias parecían moverse
pero éramos nosotros desde nuestras bicicletas estáticas
los que únicamente dábamos pedales
y nos robaron la tierra
las plazas
y nos dejaron un perfume de transgénicos
y agua sucia
para cada mañana lavar nuestras manos."

La comida está lista, me enchufo a Zeppelin y voy a casa disfrutando de ese corto espacio de movimiento y pedaleo; las calles están vacías.
Sobra decir que era un día laboral, como otro cualquiera.

Al terminar de jalar, ya está, los animales han llegado:

"Cuando éramos niños veíamos nevar todos los viernes
los muñecos y las peleas con bolas eran algo habitual
después dejó de nevar durante mucho tiempo
como si todo hubiera sido un cuento
no sé si fue el calentamiento global
o era nieve fabricada por los padres
y envejecidos
una mañana nos despertamos
miramos por la ventana pensando que va a ser la última vez
y entonces vuelve a nevar
como si nos hubieran perdonado
el querer convertirnos en hombres."

Voy a la cama. Otro más a tachar del calendario.

PD: Queda recomendado este poeta.

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