Es esa sensación de desequilibrio,
Como cuando se rompe la cuerda de una guitarra,
La que hace que no sonemos
Juntos en acordes.
Las mañanas se hacen largas;
Hay deber, trabajo, cosas que se supone que debo hacer.
Los desayunos son el adiós de un pescador a su familia,
“Volveré” –dice.
Y las lágrimas ya no caen ni por costumbre,
-Por el café o la resignación-
Cuando salgo a empezar el día.
“A ver si hay suerte”- dice
“Y algo me llega hoy al corazón”
Los desayunos, ese espacio en blanco donde pintar sin que te importe salir de las jodidas líneas.
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