Finaliza el día, y no tengo ganas de pensar demasiado. Es mi cumpleaños, y me importa poco. Sé que las mejores cosas no se esperan. Sólo me ha hecho falta llegar a casa, tener esas pequeñas conversaciones furtivas con mi madre, hablar de temas predeterminados con mi padre, conversar sobre cosas comunes con mi hermano y prometer al otro que el sábado iré a verlo jugar. Aceptar dos buenos libros, regalar mi ingenuidad, felicitar (tuve la fortuna de ser el regalo de cumpleaños de mi madre el día del santo de mi difunta abuela) y sobre todo tomar una buena cerveza, brindar y coger fuerzas para un miércoles que pinta bastante provechoso. ¿Jose María Álvarez o Kafka? Espero que el estudio matutino me abra la mente.
De momento, "El maestro y Margarita" para adentrarme en las profundidades de la noche, y quizás algo como esto:
FINAL CONOCIDO
"Después de haber comido entrambos doce nécoras alguien dijo a Pilatos:
-¿Y qué hacemos ahora?
Él vaciló un instante y respondía (educado, distante, indiferente):
-Chico, tú haz lo que quieras.
Yo me lavo las manos."
Ángel González
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